¿En qué consiste el cambio de modalidad de servicio de un vehículo?
Cambiar la modalidad de servicio de un vehículo supone modificar de forma oficial el uso para el cual está registrado, como pasar de un vehículo particular a uno destinado al transporte público, taxi o transporte escolar.
Este trámite es esencial para garantizar la legalidad y evitar sanciones, ya que no solo afecta a la documentación del vehículo, sino a otros trámites importantes cómo la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) y la obtención de matrículas especiales, como las de vehículo histórico.
En este artículo te explicamos qué pasos seguir y cuáles son los aspectos que debes tener en cuenta para llevar a cabo el cambio de servicio de forma correcta.
¿Qué significa la modalidad de servicio de un vehículo?
Al matricular un vehículo, se le asigna un código alfanumérico de tres caracteres que identifica el tipo de servicio para el cual está registrado. Este código aparece reflejado en el permiso de circulación.
La letra A indica que el vehículo presta un servicio público, mientras que la letra B señala que ofrece un servicio particular.
Los dos números que acompañan a la letra, que van del 00 al 21, especifican el tipo de servicio concreto que realizará el vehículo. Por ejemplo, pueden indicar si pertenece a una autoescuela, se utiliza como transporte escolar, es un vehículo policial o se emplea para el transporte de mercancías, entre otros.
Pasos para llevar a cabo el cambio de servicio
Realizar correctamente el cambio de modalidad de servicio de un vehículo es fundamental para evitar posibles sanciones. Cada tipo de servicio está sujeto a normativas específicas, y utilizar el vehículo para un fin distinto al registrado puede implicar la pérdida de cobertura del seguro y generar diferencias en el cálculo de los impuestos correspondientes.
Por este motivo, es esencial conocer y seguir cuidadosamente los pasos necesarios, cumpliendo en todo momento con los requisitos establecidos.
El proceso comienza con una inspección técnica extraordinaria, que tiene como objetivo verificar que el vehículo cumple con las condiciones necesarias para desempeñar adecuadamente el nuevo servicio. Si la valoración es favorable, los datos actualizados se incorporarán a la tarjeta de la ITV. Posteriormente, se deben abonar las tasas correspondientes al cambio de modalidad en la Dirección General de Tráfico.
Además, es importante contactar con la compañía aseguradora para comprobar si es necesario modificar la póliza, en función del nuevo uso del vehículo. También debe tenerse en cuenta que el cambio de servicio puede afectar al impuesto de circulación, por lo que será necesario actualizar esta información en el organismo competente del municipio correspondiente.
Para completar correctamente el trámite, será necesario presentar la siguiente documentación:
- Permiso de circulación.
- Tarjeta ITV actualizada.
- Justificante de pago del impuesto de circulación.
- Seguro del vehículo actualizado.
- Documento que acredite la identidad del propietario.
Errores que debes evitar al realizar este trámite
Al cambiar la modalidad de servicio de un vehículo, es fácil cometer errores que pueden retrasar el trámite o generar sanciones.
Uno de los más comunes es no actualizar la ITV, lo cual es obligatorio para reflejar el nuevo uso del vehículo. También es importante adaptar el seguro: si no se ajusta al nuevo servicio, podrías quedarte sin cobertura.
Otro error frecuente es no pagar las tasas correspondientes en la DGT, lo que invalida el trámite. Además, muchas personas olvidan revisar la normativa local, que puede incluir requisitos adicionales según el municipio.
Evitar estos errores te permitirá completar el proceso sin contratiempos.
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